Los avances tecnológicos han transformado cómo nos comunicamos e interactuamos con el mundo. Sin duda, estamos atravesando una época donde la civilización moderna depende, en gran medida, del prestigio y del impacto que genera a diario en su entorno digital.

Una buena reputación es igual a una buena publicidad. Es decir, que, si tus clientes tienen una percepción positiva de tus servicios o productos, dicha percepción influirá en la comunicación que tengas con otros posibles clientes sobre tú empresa o negocio.